miércoles, 15 de enero de 2014

A Pedro de Miriam Pintado Leal

Recuerdo la primera vez que estuve en su casa, en su despacho. Me preguntó el por qué de mi interés por el psicoanálisis. Recuerdo aquel semblante amable, tranquilo y apasionado por el saber, por el inconsciente, por la palabra. A partir de ahí empecé mi verdadera carrera. El título universitario era solamente el trampolín hacia una orientación de la que sigo aprendiendo, descubriendo y desconociendo.
Pedro Sánchez fue el impulsor del psicoanálisis lacaniano en Murcia, algo innegable por todos y cada uno de los que formamos parte de este lugar como psicoanalistas. Siempre huyó de posicionarse como maestro.... decía "soy eterno aprendiz". Sin embargo, para nosotros fue un maestro, si bien en su despedida se le nombró como MAESTRO DE LA VIDA. Esa vida que ayudó a sostener tantas vidas, las vidas de los sujetos que acudían a su consulta buscando una salida a su malestar, a su angustia, a su vacío, al desconsuelo, a la desesperación.



Tuve la suerte de ser su compañera y su alumna. Ya no podré formularle preguntas cuando exponía su magistral discurso. Pero su legado perdurará... "uno es inmortal mientras siga siendo nombrado"; la historia es un reflejo de esto. Historia, poesía y música eran otras de las pasiones de Pedro. Todo aquello que fuera palabra era su pasión... "mientras haya palabra, habrá vida", decía. Sabiéndose sobre sí mismo de su final en este mundo, en lo real que denominamos, manifestó su deseo de una despedida en una ceremonia civil, donde la palabra fue lo más presente. Y dejó pagada una comida a la salida del cementerio, en un bar próximo, para que todos los que quisiéramos celebráramos lo que él dijo: su resurrección. Dejó dicho también que para que esto fuera grande, él tenía que disminuir. Nunca se posicionó como amo, ni como ostentor del saber y siempre declinó posturas prepotentes. Fue humilde y consistente con sus propios dichos, su decir. Digamos que su consciente y su inconsciente eran coherentes. Fue un referente para alumnos y maestros y lo seguirá siendo.

 
Ha dejado un vacío enorme, y los que sabemos un poco sobre esta cosa del vacío, de la falta, sabemos que no es tarea fácil sostenerla, pero sí es tarea posible. Aprender a vivir con la falta, en este mundo donde impera el discurso del amo, de semblantes que caen, de un sistema capitalista perverso, de alienaciones patológicas y de pérdida de identidad. En este mundo donde la subjetividad es barrada, tachada, anulada. En un mundo de ciegos que no quieren ver, y que lo esencial es invisible a los ojos.


"Seguimos trabajando" es el título del mensaje que recibo de mis compañeros con la lectura del siguiente texto a trabajar. Era el deseo de Pedro, es nuestro deseo también.


Gracias maestro por tanta vida y tanto amor, así te recordamos. 
 
Duermes y estás despierto en nuestros corazones.... "sólo se ve bien con el corazón".


Hasta siempre maestro, que la tierra te sea leve.
Miriam Pintado Leal

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