A Pedro de Miriam Pintado Leal
Recuerdo
la primera vez que estuve en su casa, en su despacho. Me preguntó el
por qué de mi interés por el psicoanálisis. Recuerdo aquel semblante
amable, tranquilo y apasionado por el saber, por el inconsciente, por la
palabra. A partir de ahí empecé mi verdadera carrera. El título
universitario era solamente el trampolín hacia una orientación de la que
sigo aprendiendo, descubriendo y desconociendo.
Pedro
Sánchez fue el impulsor del psicoanálisis lacaniano en Murcia, algo
innegable por todos y cada uno de los que formamos parte de este lugar
como psicoanalistas. Siempre huyó de posicionarse como maestro.... decía
"soy eterno aprendiz". Sin embargo, para nosotros fue un maestro, si
bien en su despedida se le nombró como MAESTRO DE LA VIDA. Esa vida que
ayudó a sostener tantas vidas, las vidas de los sujetos que acudían a su
consulta buscando una salida a su malestar, a su angustia, a su vacío,
al desconsuelo, a la desesperación.
Tuve
la suerte de ser su compañera y su alumna. Ya no podré formularle
preguntas cuando exponía su magistral discurso. Pero su legado
perdurará... "uno es inmortal mientras siga siendo nombrado"; la
historia es un reflejo de esto. Historia, poesía y música eran otras de
las pasiones de Pedro. Todo aquello que fuera palabra era su pasión...
"mientras haya palabra, habrá vida", decía. Sabiéndose sobre sí mismo de
su final en este mundo, en lo real que denominamos, manifestó su deseo
de una despedida en una ceremonia civil, donde la palabra fue lo más
presente. Y dejó pagada una comida a la salida del cementerio, en un bar
próximo, para que todos los que quisiéramos celebráramos lo que él
dijo: su resurrección. Dejó dicho también que para que esto fuera
grande, él tenía que disminuir. Nunca se posicionó como amo, ni como
ostentor del saber y siempre declinó posturas prepotentes. Fue humilde y
consistente con sus propios dichos, su decir. Digamos que su consciente
y su inconsciente eran coherentes. Fue un referente para alumnos y
maestros y lo seguirá siendo.
Ha
dejado un vacío enorme, y los que sabemos un poco sobre esta cosa del
vacío, de la falta, sabemos que no es tarea fácil sostenerla, pero sí es
tarea posible. Aprender a vivir con la falta, en este mundo donde
impera el discurso del amo, de semblantes que caen, de un sistema
capitalista perverso, de alienaciones patológicas y de pérdida de
identidad. En este mundo donde la subjetividad es barrada, tachada,
anulada. En un mundo de ciegos que no quieren ver, y que lo esencial es
invisible a los ojos.
"Seguimos
trabajando" es el título del mensaje que recibo de mis compañeros con
la lectura del siguiente texto a trabajar. Era el deseo de Pedro, es
nuestro deseo también.
Gracias
maestro por tanta vida y tanto amor, así te recordamos.
Duermes y estás
despierto en nuestros corazones.... "sólo se ve bien con el corazón".
Hasta siempre maestro, que la tierra te sea leve.
Miriam Pintado Leal
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