Tuve la suerte de ser su compañera y su alumna. Ya no podré formularle preguntas cuando exponía su magistral discurso. Pero su legado perdurará... "uno es inmortal mientras siga siendo nombrado"; la historia es un reflejo de esto. Historia, poesía y música eran otras de las pasiones de Pedro. Todo aquello que fuera palabra era su pasión... "mientras haya palabra, habrá vida", decía. Sabiéndose sobre sí mismo de su final en este mundo, en lo real que denominamos, manifestó su deseo de una despedida en una ceremonia civil, donde la palabra fue lo más presente. Y dejó pagada una comida a la salida del cementerio, en un bar próximo, para que todos los que quisiéramos celebráramos lo que él dijo: su resurrección. Dejó dicho también que para que esto fuera grande, él tenía que disminuir. Nunca se posicionó como amo, ni como ostentor del saber y siempre declinó posturas prepotentes. Fue humilde y consistente con sus propios dichos, su decir. Digamos que su consciente y su inconsciente eran coherentes. Fue un referente para alumnos y maestros y lo seguirá siendo.
Ha dejado un vacío enorme, y los que sabemos un poco sobre esta cosa del vacío, de la falta, sabemos que no es tarea fácil sostenerla, pero sí es tarea posible. Aprender a vivir con la falta, en este mundo donde impera el discurso del amo, de semblantes que caen, de un sistema capitalista perverso, de alienaciones patológicas y de pérdida de identidad. En este mundo donde la subjetividad es barrada, tachada, anulada. En un mundo de ciegos que no quieren ver, y que lo esencial es invisible a los ojos.
"Seguimos trabajando" es el título del mensaje que recibo de mis compañeros con la lectura del siguiente texto a trabajar. Era el deseo de Pedro, es nuestro deseo también.
Gracias maestro por tanta vida y tanto amor, así te recordamos.
Duermes y estás despierto en nuestros corazones.... "sólo se ve bien con el corazón".
Hasta siempre maestro, que la tierra te sea leve.
Miriam Pintado Leal
No hay comentarios:
Publicar un comentario