El
día 3 de Octubre de 2014 a las 18 horas, tuvo lugar la proyección del
documental “Unes Altres Veus”
(“Otras voces”), en la Filmoteca Regional
de Murcia, organizado por la Biblioteca
de Orientación Lacaniana del Campo Freudiano de Murcia.
El
evento estuvo presentado por su autor, el
psicoanalista de orientación lacaniana, Iván Ruiz Acero,
el cual nos dio a través de sus palabras y de su película, una mirada diferente
sobre el autismo. Iván cuenta con mucha experiencia en este tema, ya que desde
hace años ha venido sosteniendo un trabajo importante en niños con autismo. Tras
el documental y al finalizar el debate la sensación general en la sala fue de sorpresa, descubrimiento y
esperanza.
Agradecer a la Filmoteca Regional de Murcia su colaboración, y a
todas las personas que allí se congregaron, su asistencia y gran interés, que
quedó patente con las preguntas planteadas a Iván Ruíz. Mención especial
merecen todas aquellas personas que no pudieron entrar en la sala, al verse
superadas las expectativas con un aforo completo y muy interesado en comprender
algo más sobre el autismo.
Como
dice el título del libro escrito por Neus Carbonell e Iván Ruiz Acero, “No todo sobre el autismo”, no
todo está dicho sobre el autismo, y este documental, es un esfuerzo de transmisión
del saber producido en las últimas décadas en el campo del psicoanálisis de
orientación lacaniana y una contribución a lo que aún no sabemos que nos depara
el autismo en cada caso.
Desde
la perspectiva psicoanalítica lacaniana, pensamos que algo muy importante es la posición ética del sujeto, que
está en primer plano. En muchas ocasiones se ha acusado al psicoanálisis de
culpabilizar a los padres, sin embargo no hay nada más lejos de la realidad, ya
que desde el psicoanálisis lacaniano consideramos que el autismo es una posición del ser,
una respuesta del sujeto, que produce una especie de cerramiento al mundo que
nosotros conocemos. De esta
respuesta, el sujeto no puede decirnos nada, pero no deja de ser una posición
elegida para estar en el mundo. Se produce un cerramiento en todo: palabra,
mirada, oído,… El niño ve que todo es hostil y monstruoso para él.
Sin
embargo, ese sujeto tiene algo que decir, hay
que darle dignidad de sujeto. Cada persona con autismo es “única”, por lo
que, desde el psicoanálisis, se brinda un espacio de escucha para ese sujeto
único y singular. Tienen una relación con el otro, pero en un modo quizá
desconocido para nosotros, por lo que supone todo un reto saber entender esta
relación especial con el otro y con el mundo.
Alguien muy importante en el documental es Albert,
un adolescente que, aunque se presenta como Asperger, comenta “No todo es el
Asperger, yo tengo mi carácter”. “Hay algo más a parte de mi
etiqueta, -nos dice Albert - yo
soy una persona y tengo voz, aunque sea una voz diferente”.
Entrar
en el lenguaje del mundo es una tarea muy difícil. El lenguaje es el camino en
el que el ser se forma. Los autistas lo tienen difícil, hay que ayudarles a que
se mantengan a flote. Es muy importante captar el momento en el que el niño
quiere hablar por sí mismo, sin el escudo que le protege. La palabra para él es
extremadamente agresiva. “Hay
que concederle un espacio para aprender a escucharse, y quien aprende a
escucharse aprende a hablar”, nos comenta la psicoanalista lacaniana
Vilma Coccoz.
Olvidamos
el valor de la palabra en la actualidad, y la palabra lo es todo. Con un niño
autista hay que inventar, hay que aprender, crear, y hay que restablecer el
deseo que le lleva a la vida. “Hay que potenciar aquello en lo que son
brillantes, en vez de ver la falta”. Hay que ver cuál es la respuesta del
niño y encontrar la salida de su laberinto. “No hay dos iguales”.
Este “no hay dos iguales”, no tiene
lugar en la perspectiva cognitivo conductual, la evaluación silencia muchas
cosas, y es importante hacer ver desde el psicoanálisis, que cada uno de
nosotros somos singulares y diferentes. “No
existe imagen del autismo”. La
psicología actual está tiranizada, atenta a la dignidad y singularidad del ser
humano, “todos somos iguales”, y no da respuesta a la inmensa angustia y
desconocimiento de los padres frente al autismo.
Hay
algunos aspectos en común en el autismo:
- Abismo entre él y el mundo,
abismo que el lenguaje no llega a salvar del todo. Las palabras no son
suficientes para llegar al otro, y las palabras no le llegan a él. No disponen
de esa “pantalla mental” que nos hace entender el mundo, y lo perciben como
algo hostil, perciben una realidad intrusiva, como comenta Vilma Coccoz, y
queda muy bien representado en el laberinto que recorre Albert en el
documental.
- Dificultad de construirse una
identidad. Se necesita una cierta imagen, y el autista necesita trabajo
para construir esa identidad, para hacerse esa imagen. Hay un rechazo del
autista a la identificación, a pertenecer a un grupo. El autista es un “sujeto
singular”.
- Proceso para hacerse con el
cuerpo de uno. “Tenemos”
un cuerpo, no somos un cuerpo. Tener un cuerpo es un proceso con el que la
persona con autismo tiene dificultades.
- Dificultad para acceder a los
objetos y a las personas, que
permita obtener satisfacción a través de esos objetos, de otra forma, dicha
satisfacción quedará “encapsulada” en el propio cuerpo.
Son
muchas las preguntas que se hacen los padres del niño con autismo: ¿Somos responsables de lo que le
pasa a nuestro hijo? ¿Hemos hecho algo mal? ¿Por qué tenemos un niño
diferente?... Y muchas emociones contradictorias: rabia, angustia, amor,
vergüenza… Algo difícil de
aceptar es que es una respuesta subjetiva del sujeto, es su respuesta,
aunque no pueda dar cuenta de ella. Esta respuesta se produce entre los pocos
meses y los 2-3 años de vida.
En este intervalo de tiempo donde el sujeto se va a posicionar, se producen dos
procesos importantes muy importantes: el acceso
al lenguaje y a la palabra, y el acceso
a la imagen e identidad.
En
el umbral de estos dos procesos el sujeto autista va a detenerse, de manera que actúa en él un NO
radical. Una hipótesis es que la posición subjetiva que se adopta, surge de
la defensa del sujeto ante lo real, una defensa ante la angustia que supone su
encuentro con lo real.
Hay
que ver “caso por caso”, cada uno con sus síntomas y defensas
propios. Algo muy importante sobre todo para los padres, es introducir
vitalismo, y encontrar dentro del drama algo para seguir adelante. No
sumergirse en el lamento y gozar de eso.
El psicoanálisis nos muestra el camino para encontrar algo que nos
acerque a la vida, que devuelva a los
padres esa confianza que permita reinventar ese lazo con sus hijos que un día
se perdió. Nos muestra como acompañar al sujeto en el recorrido de hacerse
persona, inventando la práctica en cada caso particular, a partir de la
respuesta creativa y singular que el sujeto ha encontrado ante ese encuentro
con lo real. Permitiendo hacer existir otras voces.
Mª Dolores Mora Ros
Rebeca Abad García
Maribel Sánchez
González
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